Hace unos días y, aprovechando los últimos coletazos del verano, me regalaron unos HIGOS “de la reina” recién cogidos del árbol de un cortijo situado en el pueblo de LOJA (provincia de Granada) . Existe gran variedad de higueras a nivel mundial, por ello encontramos higos de distintos colores y sabores, aunque es una especie genuinamente mediterránea. Su piel suave, pulpa melosa y el toque crujiente de sus semillas hacen del higo una fruta única y exquisita.
Esta variedad debe su origen a la época de la reconquista de Granada y su nombre a la reina Isabel la Católica, la cual tomaba con deseo este exquisito bocado, satisfecho por cierto hidalgo de los que la acompañaban durante el cerco a Granada.
Ya en la antigua Grecia los higos eran la fruta ideal de los atletas olímpicos porque les proporcionaban energía, minerales (sobre todo calcio y magnesio), vitaminas (K y grupo B) y abundante fibra. Y es que conviene saber que se trata de una fruta que, a pesar de su dulzor (cuyos azúcares son naturales), tiene un bajo contenido calórico si se consume fresco (por lo que su porcentaje de grasas y proteínas es nimio).
¿Qué hacer con estos riquísimos higos frescos? En casa estuve reflexionando en la forma de poder comerlos. Está claro que no hay nada más rápido y rico que pegarles un mordisco directamente pero quise ser algo original. Me vino a la cabeza una receta que vi en la televisión hace algún tiempo (de la cocinera británica Nigella Lawson) y pensé que era esta la mejor ocasión para ponerla en práctica pero… añadiéndole un toque mediterráneo.
De ahí surgió la receta de SÁNDWICH DE HIGOS, JAMÓN SERRANO Y QUESO BRIE que os presento a continuación. Es muy fácil de hacer, ideal para un desayuno o cena y, de nuevo, cogiendo como ingrediente estrella una fruta de temporada, típica de la época del año en la que nos encontramos: el verano. Y, creedme, la fusión que crea el dulzor del higo con la cremosidad del queso brie en el paladar no os va a dejar indiferentes…. ¡¡Una vez que lo probéis no podréis resistiros a la tentación de repetir!!!
Para elaborarla solo basta con dos rebanadas de pan (yo he elegido pan de centeno, que es mi favorito), un higo «de la reina», un trozo de queso brie, 2 lonchas de jamón serrano (si es ibérico mejor), AOVE y dos trocitos de mantequilla (opcional). Las cantidades están calculadas para hacer una ración o un sándwich.
Cogemos las rebanadas de pan y untamos un trozo de queso brie en una de ellas. En la otra colocamos la loncha de jamón serrano.
Le quitamos la piel al higo y lo cortamos en rodajas para luego colocarlas encima del queso brie.
Ponemos una sartén en el fuego y calentamos un trocito de mantequilla junto con un chorreón de aceite de oliva (éste va a evitar que se queme la mantequilla). Cerramos el sándwich y lo calentamos en la sartén. Lo aplastamos con una espátula (para que el pan absorba las grasas y quede suave y tostadito).
Le damos la vuelta al sándwich y hacemos lo mismo del otro lado (añadimos otro trocito de mantequilla y aceite) para dorar esta cara del pan y que quede tostado por ambos lados.
Lo retiramos del fuego, lo cortamos por la mitad, emplatamos y… ¡a disfrutar!!!!!! Como opción podemos acompañarlo con una ración de ensalada (de rúcula y canónigos por ejemplo) y así completamos la receta.
Recordad: Si queréis controlar el peso (por su efecto saciante), los niveles de colesterol y de glucosa en sangre, gozar de un buen tránsito intestinal, mantener en buen estado el sistema nervioso y muscular y mantener una piel suave, el HIGO es sin duda la fruta estrella.
Y no hay nada mejor como consumirlo a finales del verano, momento de máximo esplendor.